No somos tiempo, somos sus víctimas
dormidas en sus pliegues,
a la rastra entre una arena seca e infinita
que nos arrulla y nos quema
sonrientes y olvidados
No somos tiempo, somos sus víctimas
dormidas en sus pliegues,
a la rastra entre una arena seca e infinita
que nos arrulla y nos quema
sonrientes y olvidados